Esta técnica también se define como la unión de una parte de la corteza muerta de un árbol (como el jin y el shari) con otra planta viva, mediante técnicas de unión que logran hacer ver como si dos plantas distintas están completamente unidas. El tanuki es la técnica que puedes usar para lograr formar un bonsái con madera muerta, y en un tiempo relativamente corto. Consiste en fusionar la planta a un trozo de madera muerta, que con el tiempo se une con la planta viva, y da como resultado un bonsái con madera muerta y madera viva, muy llamativo. En realidad no ocurre una fusión real ya que la madera muerta no tiene cambium; sin embargo la presión ejercida por el crecimiento de la madera viva, hará que se encuentren bien unidas; tanto que es difícilmente perceptible que no están realmente unidas (solo juntas). Con la técnica del tanuki bonsái podrás tener tu bonsái con maderas muertas sin tener que gastar una fortuna o esperar la suerte de poder encontrar uno. Los ejemplares que se obtienen de esta técnica pueden llegar a ser de tan buena calidad como cualquier otro. No es una técnica sencilla; por lo que crearlo requiere de mucho conocimiento y práctica. La persona que compre el bonsái no debería de distinguir entre un tanuki y un bonsái de junípero común, pero el vendedor debería de ponerlo al tanto, para que no se interprete como una estafa. En esta técnica se utilizan ejemplares de juníperos La madera a utilizar, en realidad puede ser de cualquier tipo; lo que se requiere es que sea madera firme, cuyo material permita ser esculpida y ser bien resistente a condiciones de humedad. La planta a unir debe ser Juvenil saludable; es decir que sus condiciones fisiológicas y fitosanitarias sean las más óptimas. La técnica del tanuki parte de la preparación de la madera muerta: antes de ser usada, ésta debe ser sumergida en agua con legía por 24 horas para una adecuada y completa desinfección; ya que la madera podría tener hongos o insectos alojados en ella. Luego del remojo, se saca al sol para secar y se aplica líquido de Jin. El uso principal que se le da al líquido de Jin es para blanquear y proteger la madera de hongos y bacterias que pueden podrir la madera, y se puede usar en toda clase de árboles. Este procedimiento se debe hacer en otoño-invierno (temperaturas más frescas), ya que la planta va a sufrir procesos importantes como torciones, trasplante, lo que le genera estrés. Luego de que está bien seca, ya está lista para comenzar con el proceso de hacer el bonsái. El proceso comienza con hacerle el canal donde se clocará la planta. Este surco o canal debe ser un tanto más grande que el tallo de la planta viva y no se debe dejar paredes lisas ni rectas, para que la planta viva pueda tener anclaje. De hecho, el canal debería de tener forma de ángulo para que al momento de engrosar la planta viva, no sea expulsada sino que se clave dentro del canal. La aplicación de este líquido se puede hacer de forma directa sobre la madera (sin diluirlo) con un pincel. En el caso contario, si se desea un blanqueamiento menos intenso, se debe diluir en agua una parte del líquido de Jin con una parte de agua; haciendo la aplicación igualmente con pincel. Si deseas que la madera muerta tenga una tonalidad oscura, puedes mezcla la dilución con tinta china negra. En este caso se debe tener suma prudencia al agregar la tinta china, ya que unas pocas gotas ya oscurecen bastante. De hecho lo recomendable en este sentido es hacer una prueba previa en otra madera. La aplicación se debe hacer en espacios abiertos ya que el olor es muy fuerte y puede haber emanación de gases tóxicos. Este producto no debe caer sobre el sustrato destinado para el bonsái ya que es tóxico y se debe evitar que la planta lo absorba. La dosis de su uso como insecticida-fungicida para árboles caducos en invierno es diluir 25 ó 30 ml en un litro de agua. Recuerda que es un producto bastante tóxico, por lo que lo debes mantener alejado del alcance de niños y mascotas e identificarlo con una etiqueta bien visible que diga “Veneno” y de ser posible su respectivo símbolo. 0,8 Litros de agua 85 g de azúfre en polvo 60 g de cal viva Ir añadiendo poco a poco el azufre sin parar de remover. Si es posible, bajar la llama para mantener en ebullición por unos instantes, y estará listo. Si observas que toda la cal no se disolvió, es normal. Deja enfriar y cuela. Es aconsejable que mantengas el producto en un envase de vidrio oscuro. Sólo nos queda desearte mucho éxito en tu experiencia. |
![]() |